miércoles, 30 de noviembre de 2011

La clase de hoy ha comenzado resolviendo la duda planteada por una compañera acerca del apartado, de la tabla sobre las distintas teorías de la verdad, de las dificultades que plantea la teoría de la verdad como correspondencia o adecuación. El profesor ha explicado entonces, que a lo largo de la historia, han surgido diferentes teorías acerca de la verdad, y que todas ellas, además de responder a preguntas como qué es la verdad, cómo se puede estar seguro de qué algo es verdadero o qué criterios podemos utilizar para poder asegurar que algo es verdadero, presentan dificultades, ya que no son comprobables y por lo tanto, cada persona puede interpretarlas como piense que es más correcto.

En el caso de la teoría de la verdad como correspondencia o adecuación, las dificultades que plantea serían que para estar seguro de que la realidad que percibimos es la correcta, tendríamos que salirnos de nosotros mismos o por ejemplo, para saber si hay vida en otro planeta, sería necesario que fuésemos a ese lugar, ambas, cosas imposibles. Por esta razón, esta teoría plantea dificultades en todos aquellos casos en los que no sabemos si lo que percibimos se corresponde con la verdadera realidad porque no podemos comprobarlo.

Tras resolver estas dudas, hemos empezado a hablar sobre Matrix, una película que gira en torno a la vida de un personaje llamado Neo, que siente que hay algo en el mundo que le rodea que no encaja, y gracias a otros personajes, descubre que lo que para él siempre ha constituido la realidad, pues solo conoce eso, no es más que un mundo creado por unas máquinas que emplean la actividad cerebral de los humanos como fuente de energía.

Esta película está basada en una idea del filósofo estadounidense Hilary Putnam, que se plantea que a lo mejor los seres humanos no somos más que cerebros en cubetas conectados a cables que nos transmiten impulsos nerviosos, ya que no vemos con los ojos, ni oímos con los oídos, ni tocamos con las manos, sino que nuestro cerebro decodifica las señales que recibe de los órganos sensoriales, por lo que si conociésemos el sistema de codificación biológico que utiliza el cerebro, podríamos crear sensaciones sensoriales artificiales, y con ello, la idea de Putnam sería, probablemente, una realidad.

Para proseguir con la clase, el profesor nos plantea las siguientes cuestiones:
  • Si fuésemos cerebros conectados a máquinas, como se cuestionaba Putnam, ¿seríamos capaces de saber qué lo que vemos realmente no es la verdadera realidad? La respuesta a esta pregunta sería que no, ya que para nosotros el único mundo existente sería ese, y por lo tanto, viviríamos como ignorantes sin conocer la verdadera realidad.
  • Si averiguases que vives en un mundo ficticio y que la verdadera realidad es completamente desastrosa y caótica, y alguien te ofreciese una buena vida en el mundo ficticio, ¿aceptarías esta propuesta o preferirías vivir en la verdadera realidad? En el caso de la película, hay un personaje traidor que dice "La ignorancia es la felicidad", ya que tras descubrir la verdad sobre Matrix, decide volver al mundo ficticio pues la verdadera realidad no le convence.
Para finalizar con la clase, el profesor nos cuenta que Matrix recoge ideas de la filosofía antigua. Platón, por ejemplo, pensaba que el mundo que identificamos como real no son más que los reflejos de otro mundo de ideas.

Para explicar esta idea, utiliza el Mito de la caverna, en el que se narra cómo unos hombres viven en una cueva encadenados y obligados a mirar hacia una pared , donde se proyectan unas sombras procedentes de otro mundo, ya que en la cueva hay un fuego situado en un montículo que estos hombres tampoco pueden ver. Por esta razón, para estas personas la única realidad existente serían esas sombras, y si ninguno de ellos consigue ver el otro mundo, siempre pensarán lo mismo.

Para terminar, para el viernes hay que hacer las actividades del blog y del enlace de "Matrix y la filosofía" hay que leer el apartado 1 (Platón y el mito de la caverna) y el 2 (Descartes y el problema de lo real).

Marta Alaiz

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