martes, 22 de abril de 2014

Diario de clase 22/04/2014

Hoy la clase ha comenzado con la recomendación por parte del profesor, de un libro de de antropología y rituales funerarios titulado "Bailando sobre la tumba", escrito por Nígel Barley.

A continuación hemos empezado la clase con la primera teoría psíquica, el psicoanálisis de Freud. (Páginas 176-177 del libro)
Para los filósofos siempre ha sido muy importante el término de la autoconsciencia, es decir, ser consciente de la existencia de uno mismo. Descartes fue uno de sus máximos defensores, con la famosa frase: "Pienso, luego existo". Pero para Freud, solo conocíamos la punta del iceberg, es decir, de todo lo que sabemos y deseamos solo sabemos una pequeña parte, que es nuestra consciencia, pero la mayor parte de lo que deseamos y queremos no lo conocemos puesto que se guarda en el subconsciente. Este subconsciente casi nunca se manifiesta porque no es aceptado ni por la sociedad, ni por nosotros mismos.


Pero para Freud, existía un equilibrio mental, entre el ID o "Ello" y el "Superego", ya que el ID mandaba impulsos para manifestarse, mientras que el Superego actuaba como la represión en sentido opuesto, y así se lograba el equilibrio. Cuando este equilibrio se alteraba, se producían las llamadas "histerias" de las personas, que eran los ataques de locura. Estos desiquilibrios según Freud se producen por un exceso de represión o trauma, que queda almacenado en el ID sin que nosotros seamos conscientes de ello. Estos traumas solían ocurrir en la infancia y Freud para ayudar a sus pacientes, hablaba con ellos para que fuesen conscientes de su problemas y pudieran solucionarlos solos.

El mayor problema de los humanos, la mayor fuente de represión es el sexo, ya que los seres humanos tenemos impulsos sexuales continuamente y la sociedad nos restringe la posibilidad de satisfacer nuestras necesidades a un abanico reducido, excluyendo persones del mismo sexo y familia.

La base de los traumas en la infancia, es el amor de los hijos por sus madres, ya que las quieren para ellos solos y sin compartirlas. El niño, debe superar esta etapa, sino dará histeria en el futuro, y es lo que se conoce como "Complejo de Edipo".

La sublimación es la salida de estos impulsos del Ello, y a través de los sueños podemos sacar a flote nuestro subconsciente y sus impulsos, aunque siempre pueden estar distorsionados, porque al levantarnos el Superego reprime la información que retenemos de los sueños.

Carlos Vázquez Reyes. 22/04/2014

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