lunes, 2 de junio de 2014

Las relaciones individuo-sociedad

Hoy lunes 2 de Junio hemos hablado de la valoración de la relación entre individuo-sociedad.
Existen concepciones distintas sobre la sociedad, entre ellas destacan:
Colectivismo
Determinadas teorías de la sociedad minimizan el valor del individuo fuera de la sociedad, es tan solo una pieza más de la sociedad ya que carece de valor por sí mismo, siendo perfectamente sustituible y reemplazable. Estas concepciones se denominan colectivistas.
El colectivismo pretende buscar el bien colectivo. En esta búsqueda se suelen atender a los intereses y necesidades de los individuos concretos.
El interés del sistema no siempre coincide con el bien de sus miembros. En ocasiones, un colectivismo exagerado puede provocar que el Todo social anule a sus miembros, olvidando que se trata de individuos con derechos inalienables a los del Estado. Así ocurre en las dictaduras, también conocidas como totalitarismos. En estas dictaduras suele ser sinónimo de ausencia de libertades individuales.

Individualismo
Es el extremo opuesto al colectivismo. Según esta concepción, la sociedad es una suma de individuos.
El individualismo se caracteriza por considerar que el individuo concreto, con sus necesidades, deseos y preferencias, está por encima de cualquier consideración aunque sea promover el bien común.
Fomenta virtudes individualistas, como la competitividad, el esfuerzo, la ambición y la iniciativa personal. Además defiende que el desarrollo social depende de las capacidades y los esfuerzos personales.
El estado no interviene en los asuntos privados, esto se denomina liberalismo radical que es criticado por ser egoísta y puede dar lugar a un sistema social insolidario en la que la libertad sólo sera real para los privilegiados.

Pueden surgir tensiones entre esta relación que puede estar ocasionada tanto por el rechazo como por la autoexclusión.
El rechazo se produce cuando el grupo social mayoritario no acepta ni reconoce a algunos individuos miembros.
La autoexclusión es el fenómenos contrario al rechazo social. En este caso es el individuo el que no se identifica con su comunidad.
Estas tensiones tienen numerosas consecuencias, de las que destacan:
La marginación: Es el resultado del rechazo social como de la autoexclusión y que consiste en una situación de aislamiento y segregación respecto al grupo mayoritario.
La violencia: La agresividad con la que algunos individuos se relacionan se sanciona con un rechazo y algunos reaccionan a la exclusión que padecen con violencia y enfrentamiento.

Isaiah Berlin, uno de los principales pensadores liberales, defendía que, en muchas ocasiones, no es posible tener más libertad, igualdad y fraternidad a la vez en la sociedad, por lo que se hace necesario elegir entre una y otra.


Después hemos hablado sobre la historia de la Filosofía de cara al curso que viene, donde surgen dos concepciones.
Onto-epistémica, ¿Qué es lo real? ¿Cómo podemos conocerlo?
Ético-político, ¿Qué debo hacer? ¿Cómo debemos organizar la vida en común?

Sofía Jaramillo González

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